6/11/2025
No es "¿Estás satisfecho?". Es algo mucho más profundo.
La mayoría de las empresas temen la crítica y se refugian en el frío formulario. En Deltana Ingeniería, hace años nos dimos cuenta de que esa es la manera más fácil de dejar valor sobre la mesa. El verdadero crecimiento no está en el 'excelente' de la casilla, sino en el matiz de la conversación.
Por eso, nuestro cierre de proyecto no es un cuestionario, es una charla abierta guiada por nuestro Agente de Calidad. Se sientan, se 'pasean' por cada aspecto —desde ese email que tardamos en contestar hasta el valor estratégico que el entregable final aportó—. Es una auditoría de alma, no de check-list.
Y de esas conversaciones hemos aprendido una barbaridad. Hemos tomado notas tan valiosas que incluso nos han obligado a cambiar radicalmente el enfoque de lo que hacemos para acercarnos exactamente a lo que el cliente espera recibir, no solo a lo que pensamos que necesita.
El objetivo final es simple: Convertir la crítica en nuestra hoja de ruta. No lo hacemos solo para "cumplir", sino para entender exactamente dónde podemos ser mejores socios en el futuro. Esto es lo que realmente nos permite mirar más allá del diseño y transformarnos en esa ingeniería que ofrece soluciones, no solo productos.
Escuchar, de verdad, es el músculo que nos permite crecer. Si no te atreves a que te digan dónde fallaste, nunca sabrás hasta dónde puedes llegar.
¿Cómo gestionas tú el "post-mortem" de un gran proyecto? Os leemos.
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